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Pobreza, Ayuda Y Deuda Mundial

Casi 2.000 millones de personas en 80 países no tienen acceso a agua limpia y 25.000 mueren cada día porque tienen acceso sólo a agua sucia. A 1.200 millones les faltan los servicios igiénicos adecuados y 900 millones no saben leer ni escribir. En el África subsahariana un niño sobre tres muere antes de cumplir 5 años porque no hay dinero para la alimentación, la sanidad pública básica ni los medicamentos.

Los programas de ayuda son finalizados a promover el progreso económico y social, eliminar la pobreza y apoyar la protección medioambiental. En realidad, a menudo son una influencia política y financiaria usada para obtener concesiones por los gobiernos extranjeros.

Los bancos internacionales recogen cada año millones de dólares por el pago de la deuda por parte de algunos de los países más pobres del mundo. Se estima que alrededor de 19.000 niños mueren cada día en África por la crisis debida a la deuda. Los países pobres reciben presiones para exportar plantas y animales exóticos, y para cultivar productos para la venta en lugar de alimentos para el consumo local. Las monoculturas de plantas y las plantaciones de árboles reducen las forestas pluviales tropicales y las diversidad de plantas. Los bovinos, las ovejas y las cabras limpian la tierra y transforman las paceduras fértiles, que una vez sostentaban a grandes rebaños de animales, en estériles áreas de polvo.

Muchos países son obligados a destinar más de un tercio de sus difíciles ganancias procedentes de las exportaciones para pagar la deuda. Tres cuartos de los ingresos fiscales de Níger son destinados al pago de la deuda externa, estimada alrededor de 1.000 millones y 400 miles de dólares.

La deuda total que los países pobres tienen que pagar a los gobiernos occidentales y a los bancos es difícil de calcular. Los grupos para la cancelación de la deuda estiman que se tiene que cancelar y que asciende a 160.000 millones-300.000 millones de dólares. Algunos países derrochan sus riquezas en armamentos poderosos y es discutible si tienen que ser incluidos en la cancelación de la deuda. Pero para muchos países la deuda representa un peso impagable a causa de la miseria humana incalculable y la destrucción del medio ambiente.

Los gobiernos del G7 (Reino Unido, Francia, Alemania, Japón, Italia, EEUU y Canadá) y las instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial son responsables de la mayor parte de la deuda del Tercer Mundo. No quieren cancelarla aunque son concientes de la destrucción y de la miseria humana que está causando porque para ellos significa ganancia.

Algunos de los préstamos han sido destinados a los programas de educación y población, pero la mayor parte a proyectos agrícolas y de telecomunicaciones, y a la construcción de carreteras, ferrocarriles, puertos y estructuras energéticas. Hasta la fecha muy poco ha sido destinado al desarrollo de la autosuficiencia, y los préstamos no han logrado reducir los niveles de pobreza. Es irónico que una organización creada inicialmente para luchar en contra de la pobreza mundial se haya convertido en la causa de tanta pobreza.

Muchos préstamos han sido concedidos a lo largo del boom de los años 60 y tenían que ser a breve término. La mayor parte de ellos eran concebidos de manera equivocada y han sido destinados a los régimenes militares y a los dictadores que desaparecieron hace muchos años, dejando a los gobiernos votados democráticamente la tarea de enfrentar la deuda. Una caída en el valor de las exportaciones se ha unido a costos en aumento para las importaciones, sobre todo después de la crisis del petróleo de los años 70, lo cual ha implicado que más países tuvieran dificultades económicas y pidieran préstamos. Muchos países han terminado por ser dependientes de los préstamos del FMI para salir de apuros.

Ya en los años 80 muchos países estaban atrasados en el pago de los préstamos. Algunos decidieron pedir préstamos de un banco para pagar los intereses de los préstamos pedidos años atrás a otro banco. Era imposible para ellos salir de la deuda. La espiral de pedir préstamos y pagar ha causado la crisis mundial de la deuda.

El FMI exige a los países llevar a cabo los llamados ‘ajustes estructurales’ antes de que los préstamos sean aprobados. Sólo los países que respetan rigurosamente las reglas del FMI tienen los requisitos para la cancelación de la deuda. Esas reglas incluyen el control de los precios, y la reducción del gasto para el medio ambiente, para los salarios de los funcionarios gubernamentales y para los servicios, entre ellos la educación y la sanidad. En sus esfuerzos para hacer cuadrar los balances, muchos gobiernos del Tercer Mundo pagan un precio social y medioambiental muy alto.

Los pobres y el medio ambiente son los primeros en sentir los efectos de una gestión fiscal más dura. La política de la deuda del FMI es básicamente un incentivo hacia la eficencia económica con la esperanza que finalmente los pobres se beneficien de ella.

El FMI, trabajando con el Banco Mundial, ha prometido una nueva serie de reglas para la restitución de la deuda que toman en cuenta las necesidades sociales y medioambientales. Sin embargo, esas nuevas reglas hasta la fecha no han tenido efecto en los niveles de pobreza y degradación medioambiental.

El hecho de que las condiciones para otorgar préstamos sean estrictas significa que el FMI ejercita considerable influencia en las políticas de los gobiernos, lo cual ha causado resentimiento. A pesar de las condiciones estrictas relacionadas a los préstamos, los miembros del FMI han aumentado con el paso de los años. Más recientemente, han sido otorgados préstamos a Rusia y a países de la Europa oriental.

Recientemente el Banco Mundial ha empezado a preocuparse por el medio ambiente cuando otorga préstamos. Se ha sugerido la idea de la cancelación de la deuda a cambio de cuidados medioambientales, pero muchas personas exigen una cancelación incondicional y completa de la deuda.

Hasta la fecha ha sido cancelado sólo un pequeño porcentaje de la deuda total, pero ella se tiene que anular completamente. Los programas de reembolso son un peso para los gobiernos de los países del Tercer Mundo, que están luchando para garantizar alimentos y vivienda a su población y para proteger el medio ambiente. Los países pobres quieren desarrollarse y tener un estándar de vida aceptable, pero si no se anula la deuda, serán limitados considerablemente.

Recupere a grupos verdes que tratan directamente pobreza y deuda de la base de datos

Bibliografía


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