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Desperdicios animales

Introducción

La crianza de un elevado número de animales en forma intensiva en unidades industriales con el propósito de maximizar el rédito económico, se conoce como cría intensiva (“factory farming”). Durante la segunda mitad del siglo XX las prácticas agrícolas sufrieron cambios impresionantes, particularmente con la mecanización, el uso de productos químicos y la crianza intensiva a gran escala.

Como resultado de la creciente densidad de animales de granja, el número de incidentes de contaminación por desperdicios animales se mantiene elevado, constituyendo un grave problema. En algunos países, aproximadamente la mitad de todos los incidentes de contaminación del agua se originan por los vertederos de estiércol de las granjas. Las aves, vacunos y cerdos son los animales que más contaminan. La producción de ganado ocupa el 70% de todas las tierras utilizadas para agricultura y el 30% de la superficie de la tierra. Causa el 18% de la emisiones de gases efecto invernadero según se mide en equivalentes CO2. Genera también el 64% del amoníaco que contribuye a la lluvia ácida y acidificación de los ecosistemas.

Los desperdicios animales son una mezcla de heces y orina – estiércol, más leche y productos químicos tales como los pesticidas. Una gran cantidad de desperdicios animales se generan por la concentración de las operaciones de alimentación en donde la eliminación de desperdicios se constituye en un grave problema. Las granjas de cría intensiva recogen el estiércol y desperdicios y lo mezclan con agua para formar un lodo. Este lodo puede utilizarse como fertilizante líquido. Si el suelo o las plantas no alcanzan a absorberlo todo o se aplica en concentraciones muy elevadas, el exceso puede pasar a los sistemas de agua.

El lodo generalmente contamina más que el estiércol crudo. Cuando ocurren roturas accidentales o deliberadas de los tanques de lodo, llegan grandes volúmenes a los ríos, corrientes o lagos, incluyendo los pantanos, lo cual causa serios problemas ambientales. Muchos accidentes no se dan a conocer. Se encuentran desperdicios animales en el suelo, agua de superficie, subterránea y agua salada.

El lodo perturba los ecosistemas acuáticos incrementando los niveles de nitrógeno y fósforo que contribuyen al crecimiento de algas tóxicas que envenenan a los peces y disminuyen los niveles de oxígeno, causando la asfixia de los mismos.

Los desperdicios de las granjas han favorecido el desarrollo de infecciones parasitarias en ranas, produciendo severas deformaciones, crecimiento sin patas o con hasta seis miembros de más.

El crecimiento de algas tóxicas en los cursos de agua se conoce como proliferación masiva de algas o “algae bloom”. Además de los efectos sobre el ecosistema, estas proliferaciones producen olor, color desagradable y hacen que el agua de los cursos contaminados se vuelva no apta para el consumo humano y peligrosa para nadar.

El uso progresivo de agroquímicos, maquinaria agrícola e irrigación en tiempos recientes ha empeorado el problema de la contaminación.

Los derrames de leche constituyen un riesgo ambiental importante para los ecosistemas acuáticos. La leche es una sustancia muy contaminante y cuando llega a los cursos de agua es una amenaza para los peces y otros animales del ecosistema. Esto ocurre porque las bacterias se alimentan de la leche y utilizan el oxígeno que los peces y los otros animales necesitan para sobrevivir. La industria lechera pierde ocasional y accidentalmente volúmenes importants de leche que se derrama de los camiones tanque. También a veces la leche que no se puede vender se descarta deliberadamente y llega a los cursos de agua.

Valley and farm waste. Image by Information for Action, a website for conservation and environmental issues offering solutions

Los productos químicos que se utilizan en las granjas como pesticidas, fungicidas o fertilizantes aparecen contaminando los cursos de agua. Dentro de los más comunes se encuentran el 1080, el fosfuro de aluminio, cresol, pesticidas organofosforados, piretroides, bromuro de metilo, estricnina y tryquat. Estos productos químicos se rocían sobre las tierras de cultivos utilizando tractores o aviones fumigadores. Las gotas pueden permanecer en el aire y ser arrastradas por el viento lejos del área deseada. Esto se conoce como dispersión del fumigado o “spray drift”, que es muy difícil de contener y de evitar aunque se realice una aplicación correcta. En general el fumigado se dispersa hacia fincas vecinas o cursos de agua y puede afectar la salud humana, a los animales y al medio ambiente.

Los animales criados en forma intensiva reciben antibióticos en su alimentación para prevenir infecciones debido a la alta densidad poblacional en que se los mantiene. El estiércol contiene grandes cantidades de bacterias y como apenas una cuarta parte del antibiótico ingerido es digerido por los animales, el estiércol contiene también antibióticos. Estas condiciones favorecen ampliamente el desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos, que pueden pasar a los humanos cuando el agua o el suelo estén contaminados con bacterias provenientes del estiércol. Las verduras y las frutas también pueden estar contaminadas con bacterias resistentes si se fertilizan con estiércol los suelos utilizados para agricultura, fruticultura y horticultura.

Muchos agricultores en países en desarrollo quieren mantener los métodos agrícolas tradicionales que son generalmente menos perjudiciales para el medio ambiente, pero la competencia con empresas grandes hace que no sean viables, obligándolos a producir en gran escala o condenándolos a la pobreza.

La permacultura y agricultura orgánica a pequeña escala son una mejor alternativa que el monocultivo o la producción intensiva. Pero estos sistemas están en etapa de prueba y no se utilizan demasiado. Existe todavía un largo camino por recorrer antes de que se logre que la agricultura en general sea sostenible.

Necesitamos más controles gubernamentales con respecto a la contaminación y los desperdicios generada por las actividades agropecuarias. Deben tomarse medidas para garantizar que el fertilizante orgánico proveniente de las fincas sea tratado y no llegue a los cursos de agua y los contamine. Deben producirse mejoras en las prácticas agrícolas mediante una combinación adecuada de educación de los propietarios y administradores agrícolas, proporcionando fondos para los programas de mejoramiento e incentivos y subsidios; actualizando las regulaciones y haciéndolas cumplir.

En los Estados Unidos de Norteamérica se les ha exigido a los establecimientos de cría intensiva que mejoren el manejo del estiércol y aguas grises y que soliciten permisos para el uso de los vertederos. En Australia, existen iniciativas nuevas como la fábrica de desperdicios agrícolas en Gunnedah, Nueva Gales del Sur, que ofrecen soluciones innovadoras para el problema. En esta fábrica, los desperdicios se reciclan para producir bolitas de carbón que se pueden utilizar para mejorar el suelo y retener el agua.

También contribuyó a reducir la contaminación química la educación sobre formas más seguras de transporte, almacenamiento y descarte de productos químicos y la existencia de servicios de eliminación de los mismos, como Chem-Clear.

El estiércol tiene un gran potencial como fuente de energía. Es una fuente importante de metano, un gas de efecto invernadero que contribuye al cambio climático. Siempre que sea posible debe evitarse que el metano escape a la atmósfera. Debería capturarse y aprovecharse el potencial de producción de energía.

Qué puedes hacer

Sea horse and farm waste. Image by Information for Action, a website for conservation and environmental issues offering solutions

Denuncia a las autoridades locales cualquier contaminación que detectes. Muchas industrias tienen permisos de los organismos reguladores correspondientes con respecto a su funcionamiento y manejo de desperdicios. Por lo general, estos permisos están disponibles a solicitud del público e indican qué es lo que se supone se debe hacer.

Si tienes jardín o huerta, apoya a los agricultores locales que venden los desperdicios orgánicos de sus granjas como alternativa a los fertilizantes químicos.

Escribe una carta o un e-mail al editor del periódico local exigiéndole que publique tu preocupación sobre el tema de los desperdicios animales.

Si vives cerca de un curso de agua asegúrate de no contaminarlo con excesivo uso de fertilizantes orgánicos en tu jardín o huerta.

Escribe una carta o un email a los representantes gubernamentales locales exigiéndoles que actúen para proteger los cursos de agua y que los desperdicios animales se manejen de forma más sostenible.

Ten cuidado con el uso, transporte, almacenamiento y eliminación de productos químicos. Minimiza o elimina su uso aplicando alternativas orgánicas siempre que sea posible.

Como consumidor, apoya a los agricultores que tomen en serio su responsabilidad hacia el medio ambiente. Considera la adopción de una dieta vegetariana. Si consumes carnes, productos lácteos o huevos, trata de comprar productos orgánicos de animales criados a campo abierto por agricultores locales pequeños.

Enlaces:

Bibliografía

Busca en nuestra base de datos los contactos de las organizaciones que se ocupen directamente de los desperdicios animales (“Farm Waste”).


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